sábado, 31 de diciembre de 2011


En el corazon de la bestia...

Y ardía la furia en su interior, temblaba la tierra y, a su paso, nada quedaba. Será imposible saciar el hambre del infierno, el cielo tiene ya sus días contados. Me esconderé del hedor de la muerte en oscuros rincones, hasta que el hambre o mi propia carne me condenen.