Izhum
La luz era ténue, la bruma ascendía como una culebra entre las
rocas, siseaba como una vieja amiga (la muerte se acercaba con la
oscuridad).
La luna no era suficiente, el miedo había paralizado a las tropas...
De
entre las escarpadas cumbres del enemigo, había aparecido la silueta
recortada del general Izhum, el despiadado... La muerte, de repente, se
les antojó benévola
No hay comentarios:
Publicar un comentario